martes, 9 de noviembre de 2010

OTRA VEZ SOPA


Habiendo pasado ya unos días del espantoso Sábado 6 de Noviembre, en frío, me dispongo a hacer el informe del partido, con sus causas y consecuencias.
Hablarles del dolor, de la verguenza, de la bronca y del gusto amargo me parece al pedo. Creo que todos estamos en las mismas. Y pienso que la forma en la que lo viví yo debe haber sido muy parecida a la de cada uno de ustedes. No dudo de que fue así.
El Sábado se jugó muy mal. Casi todos lo hicimos. De esos partidos negros inentendibles. Me hizo acordar al partido de Argentina-Alemania del mundial. No por el resultado ni por las circunstancias. Sino por lo raro del equipo argentino, que venía jugando tan bien y un día se levantó mal y no le salió nada. Algo así nos pasó a nosotros.
A pesar de ese pésimo rendimiento en casi todas las líneas, supimos irnos al descanso ganando 2-1. Con un golazo de Manuel que lo buscaron por arriba y lo supieron encontrar. Y con una perla de Mati aprovechando el viento y mandándose un olímpico que la horrible derrota se ocupó de opacar.
Pero incluso en ese primer tiempo estábamos mal parados. No dominábamos nada y el partido era de ida y vuelta, con llegadas para ambos lados. Se sabía que teníamos que cambiar de cara a la segunda parte si queríamos encontrar tranquilidad y llevarnos el triunfo.
Pero jugamos el peor tiempo del campeonato. Incluso peor que el primero contra Diablos. Y los dejamos venir a este respetable Niketator que nos superó en toda la cancha. La suerte se tomó vacaciones y nos empataron el partido, merecidamente.
Acá es donde me quiero detener. Hasta ahí veníamos haciendo un mal partido. Estábamos empatando 2-2. Quedaba mucho tiempo por delante y estaba abierto. LA DESESPERACIÓN en la que entramos y el MIEDO INMENSO a que se nos escapara terminaron de inclinar el partido para los rivales. Y merecimos ser goleados. Porque nos hicieron 2, pero nos podrían haber hecho 7 goles más. Y se nos fue el partido que todos creíamos ganado. Porque se hablaba de la fiesta, de Pritty campeón y demás boludeces que, quieras o no, en la puta psiquis te juegan. Y te confias. Y dejas ir oportunidades únicas. Era momento de enfriar la cabeza. De ganar en tranquilidad y buscar reaccionar con el juego. De transmitir a los demás energías positivas, de contagio, y no gritos desesperados que desembocaban en el nerviosismo de los que estaban tranquilos. Era momento de poner orden y no de olvidarse de posiciones. Y el efecto dominó terminó derrumbando a todo Pritty. Éramos una murga. Nos atacaban nuestras abuelas y nos sacaban a pasear. Y terminamos haciendo catastrófico lo que todavía era salvable. Así como con Disney conservamos la calma y nos mantuvimos concentrados para darlo vuelta, con Niketator fallamos. Y lo pagamos caro.
Del partido rescato las actuaciones de Miguens y Ferreccio. Supieron mantenerse al margen y jugaron bien en medio de tantos que nos despertamos con el pie izquierdo.
Si te sonó a figurita repetida como a mi, es hora de que aprendamos. Porque, de vuelta, lo terminamos de perder nosotros. Y por eso da más bronca que el partido con Diablos. Porque la confianza del rival fue consecuencia de nuestro nerviosismo y desesperación ¿O me vas a negar lo lindo que es cuando ves a todo el equipo contrario puteándose, lo que te agrandás? Creo que eso pasó el Sábado.
No hay culpables ni responsables, por suerte. Así como nos afianzamos como equipo este torneo y sacamos adelante partidos jodidos, también como equipo los perdemos.
Es verdad que el empate de Diablos mejora el panorama. Que esta derrota no va a opacar nunca el torneo que venimos haciendo. Pero que nos sirva para entender que no hay otro objetivo en el camino que no sea GANARLE A DULCE CAROLA. Y solo tenemos que poner la cabeza en ese partido. En el 20 de Noviembre. En ganarle a los de remera verde con lo mejor que tenemos. En mantener la cabeza fría los 80 minutos y no dejarnos ganar por circunstancias del partido.
Tengo muchísimas ganas de escucharlos. A mi me dieron muy pocas ganas de hablar en el post-partido. Y me dan siempre POQUÍSIMAS ganas de hablar DURANTE los partidos porque pienso en JUGAR. AMO hablar de fútbol, lo sabrán. Pero me parece que cuando estas en el partido no es tiempo de hablar. Es el momento de jugar. Y solo abrir la boca para alentar al compañero, transmitir energías positivas o gritar un gol. No para putear de más, desesperar a todos y ponernos nerviosos.
Pero estas dos semanas si son semanas para que hablemos. Para que cada uno cuente sus "porqués" (si los tiene). Para revisar los errores, para marcar a los demás en que la pifiaron, para hacer mea-culpa y para motivarnos para ESE partido (no otro). PRITTY-DULCE CAROLA. 20 de Noviembre.