El sabor amargo del final

En una soleada tarde, Pritty saltó a la cancha buscando poner primera de la mejor manera: llevándose los tres puntos en la primer fecha. En el primer tiempo el juego de ambos equipos fue bastante pobre y desordenado. Ambos equipos tuvieron sus llegadas claras: Pegoraro se perdió un claro mano a mano regalándole la pelota al arquero y Molina tuvo un tiro difícil de afuera del área que supo resolver bien sacándola al córner. Pero se estuvieron prestando la pelota en la mitad de la cancha, sin ninguna claridad y poca idea de juego. En la segunda etapa el partido tomó color y se fue armando de menor a mayor. Chiripo pudo ponerse en ventaja con un pase entrelíneas que el delantero definió sin problemas. Sufrió Pritty al jugar con sus centrales en línea. Pero desde ahí salió en busca del empate al cual pudo llegar gracias a una gran maniobra de Trusso: ya jugando de volante por derecha, algo más suelto, se animó y fue al frente decidido a llegar al arco rival; y tras dejar a varios rivales en el camino tuvo que ser derribado dentro del área para alcanzar un penal que el árbitro cobró como correspondía. Donnelly se hizo cargo y, con tensión, empató el partido a cinco minutos del final. Pero, contrario a lo que marca la tendencia, Pritty no aprovechó ese envión sobre el final y se fue quedando. Y Chiripo vio que podía volver a recuperar los tres puntos que estaba perdiendo y la última pelota del partido pudo lograrlo: un desborde por el sector derecho, un centro rasante, el rebote en el delantero tras el despeje de Moy y al fondo de la red.
Feo comienzo. Un golpe duro al autoestima. Pero se puede jugar mucho mejor de lo que se jugó y hay potencial para ganar estos partidos. Vuelta de página y a enfocarse en remontar este arranque en la segunda fecha, con un triunfo.